More Short Stories by: Dr. Dennis L. Siluk, Ed.D. (2007-2016)

From one of the top 100-reviewers, at Amazon Books, International (the largest book seller in the world), by Robert C. Ross, the list author says (reference to the book, “Peruvian Poems”): "Dennis L. Siluk is enormously prolific and very well travelled…." The poems are based on places and experiences in Peru, written in both English and Spanish, and provide a fascinating backdrop in preparation for a trip to Peru." (1-1-2009)

Wednesday, August 05, 2009

The Bullfight (Issues around the: La Corrida de Toros)




English Version

Issues around the:
Corrida de Toros

By Dennis L. Siluk Ed.D.


Part One: The Bullfighter


The bullfight it is a tragedy, and not a sport, nor a contest between the bull and matador—for the most part. It is, as I said, a tragedy, insofar as, the death of the bull. Yes, there is a dangerous link involving the bullfighter against the bull, but inevitable death for the bull.
The matador, or bullfighter, can measure his own danger by increasing or decreasing his distance and/or his stance towards the bull, that is to say, he can at will fall back from those horns of the bull; he is by and large, in control, not the bull. Of course the bullfighter must be aware of his abilities; such as: reflexes, judgments and so forth; to include, goring or being thrown about like hay by a bull which is most often due to the ignorance (if not by youth and inexperience) then by the lack of agility or quickness on behalf of the matador.
The bulls are not as stupid as many may think; for when you do not study the bull, and the rules of distraction, change and the character of the beast, gaining knowledge of the traits of the bull, learning the techniques of those before you, the bull actually doesn’t look so stupid anymore, it is usually the bullfighter that does (and the unaware observing participant in the Plaza de Toros, or gallery). My last bullfight, the young matador was just that, unaware of the techniques, and not quick enough, and in consequence, got a horn in the arm pit, in Mexico City.


Part Two: The Moral Issue

There are of course moral issues on bullfighting, and killing of the bull. Consequently, this issue is more or less resolved in how you see the bullfight, and by whose values and standards you prefer to go or live by. I do not, or prefer not to, defend the bull or bullfighter, or morality in general—I can sleep very well after a bullfight, I only feel horror when I see what man is capable of doing to man, in war, or in some dark alley, or in the open, or in the way the justice system when it is carried out unjustly, and when a judge looks the other way because of gain or profit, because the judicial system is corrupt, unreasonable, and unpredictable.
People seem to be more affected by the bullfight nowadays and unaffected by the abuse of the criminal system they live under—oh yes, publicly they disapprove of it, but secretly they expect corruption at some point in time to assist them somehow. Thus, the very thing that should horrify and disgust them, they overlook and yell at the blood the bull sheds in the bullring.


Part Three: The Tragedy and Ritual

I have already proclaimed, there is a tragedy in the bullfight, but there also resides a ritual in the bullfight (which I will go around, rather than explain because I want to look at the art and culture aspect of it).
Either you can see and feel this or you cannot. You might say a man of culture is more aware of this, than a person to the contrary. The man of culture may see the art in the bullfight, the person not of culture, if open-minded, may also see this, but most often doesn’t.
When you think of men killing men in war or for pleasure, or vengeance, the bullfight becomes much more civilized. On another note, man has become so proficient in warfare, much more than in bullfighting, which in comparison, is simply a stomp on the big toe. Yet, we justify the war, and criminalize the bullfight. I think somewhere along the line, we got our wires crossed.


Written: 8-4-2009 (Article on Bullfighting)




Versión en Español


Temas acerca de:
La Corrida de Toros

Por El Dr. Dennis L. Siluk


Parte Uno: El Torero


La Corrida de Toros—por la mayor parte—es una tragedia y no un deporte, ni una competencia entre el toro y el torero. Es, como lo dije, una tragedia en la medida en que el toro muere. Sí, hay una conexión peligrosa involucrando al torero en contra del toro, pero una muerte inevitable para el toro.
El torero, o matador, puede medir su propio peligro, incrementando o disminuyendo su postura y/o distancia hacia el toro, es decir, él puede por su voluntad recurrir a esos cuernos del toro; él está, en general, en control, no el toro. Por supuesto que el torero debe de estar consciente de sus habilidades: como reflejo, juicio, etc. incluyendo, el ser corneado o ser tirado alrededor como un paquete de heno por el toro, lo que a menudo ocurre debido a la ignorancia (o a la juventud o inexperiencia) o por falta de agilidad o rapidez del torero.
Los toros no son tan estúpidos como muchos pueden pensar; porque cuando no estudias al toro y las reglas de distracción, el cambio y el carácter de la bestia, o no adquieres conocimiento de los rasgos del toro, o no aprendes las técnica de aquellos antes que tú, el toro realmente no parece tan estúpido nunca más, es generalmente el torero quien lo parece (y los ingenuos participantes observando en la Plaza de Toros, o arena). En mi última corrida de toros, el joven torero era justo eso, inexperto de las técnicas y no suficientemente rápido; en consecuencia, fue corneado en el brazo; esto pasó en la Ciudad de México.


Parte Dos: El Tema Moral

Hay por supuesto temas morales en la corrida de toros, y en la matanza del toro. Consecuentemente, el tema es más o menos resuelto en cómo ves tú la corrida de toros, y por qué valores y estándares tú prefieres ir o vivir. Yo prefiero no defender al toro o al torero, o la moralidad en general—puedo dormir muy bien luego de ver una corrida de toros—sólo siento horror cuando veo a un hombre ser capaz de hacerle daño a otro hombre, en la guerra, o en algún callejón oscuro, o en las áreas abiertas, o cuando el sistema de justicia es llevado a cabo injustamente y cuando un juez se hace al disimulado debido a ganancia o beneficio, debido a que el sistema judicial es corrupto, poco razonable e impredecible.
La gente parece estar más conmovida por la corrida de toros hoy en día y despreocupada por el abuso del sistema criminal bajo el que viven—oh sí, públicamente ellos lo desaprueban, pero secretamente ellos esperan corrupción hasta cierto punto para que los asistan, de alguna forma, en algún momento. Así, precisamente la cosa que debería horrorizarlos y disgustarlos, ellos lo ignoran y en cambio gritan por la sangre que el toro derrama en la arena.


Parte Tres: La Tragedia y Ritual

Ya he proclamado que hay una tragedia en la corrida de toros, pero también reside un ritual en ésta (el que lo repetiré, en vez de explicar porque quiero ver el arte y aspecto cultural en esto).
Tú puedes ver y sentir esto, o no lo puedes. Tú talvez digas que un hombre de cultura es más consciente de esto que un hombre que no lo es. El hombre de cultura talvez vea el arte en la corrida de toros, la persona no de cultura, si tiene una mentalidad abierta, también puede ver esto, aunque frecuentemente no.
Cuando pienses en los hombres matando a otros hombres en la guerra, o por placer, o por venganza, la corrida de toros se vuelve más civilizada. En otra nota, el hombre se ha vuelto tan competente en la guerra, mucho más que en la corrida de toros, que en comparación, es simplemente una patada en el dedo gordo del pie. Aún, justificamos la guerra, y criminalizamos la corrida de toros. Creo que en alguna parte a lo largo del camino, se nos cruzaron los chicotes.

Escrito: 4-Agosto-2009 (Articulo en La Corrida de Toros)

0 Comments:

Post a Comment

<< Home